“La contadora de películas”: una historia de arte, memoria y resistencia
La contadora de películas, dirigida por Lone Scherfig, llegará a los cines el 28 de noviembre y a través de los ojos de María Margarita (interpretada por Alondra Valenzuela en su infancia y Sara Becker en su adultez) la película muestra cómo contar historias puede desafiar las adversidades, abriendo un camino hacia la imaginación y ofreciendo una conexión fugaz con un mundo más allá del desierto. Este relato también refleja el impacto transformador del cine y su declive, coincidiendo con el ascenso de Pinochet al poder, marcando el fin de una era en más de un sentido.
Esta historia, basada en el aclamado libro homónimo de Hernán Rivera Letelier, está profundamente arraigada al contexto de Chile y ofrece un retrato conmovedor de la vida de los trabajadores del salitre. La novela, que sirvió como inspiración para la película, es un reflejo de las vivencias personales del autor, quien creció en una salitrera y plasmó en su obra la riqueza emocional y cultural de estas comunidades.
Las salitreras, construidas alrededor de la explotación del salitre, eran lugares marcados por el aislamiento geográfico y la precariedad económica. A pesar de estas condiciones adversas, el cine se convirtió en una fuente de escape y conexión para sus habitantes. Antes del declive del séptimo arte con la llegada de la televisión, figuras como Libertad Lamarque, John Wayne, Clint Eastwood y Brigitte Bardot llenaban la gran pantalla del pueblo, ofreciendo a los trabajadores mineros y sus familias un respiro frente a la dura realidad.
El proyecto no solo busca rendir homenaje al poder del cine, sino también beneficiar a la comunidad local. La filmación tuvo lugar en María Elena, el último pueblo minero habitado en la región, y en el pueblo fantasma vecino de Pedro de Valdivia, revitalizando el espíritu de los años dorados de la minería y creando un lazo tangible entre el pasado y el presente.
Con La contadora de películas, Lone Scherfig entrega una obra que trasciende el tiempo y el espacio, recordándonos que incluso en los momentos más difíciles, el arte y la imaginación son herramientas poderosas para unir y resistir.