
Actualización de Desarrollo #30: El Corazón de Oakveil
Con el 28 de abril y el lanzamiento del parche 1.1, Invaders of Oakveil, acercándose rápidamente, pensamos que este es el momento perfecto para aprender un poco más sobre la historia de Megara the Serpent Queen, los Venom Blades y el bosque en el que han hundido sus colmillos: Oakveil Woodlands. Así que, para quienes buscan conocer a su enemigo, ¡esta es la oportunidad ideal para saber más sobre la nueva amenaza de Vardoran!
¿A dónde vas, viajero extraño?
Al norte de Silverlight y al oeste de Gloomrot: Oakveil Woodlands
Muy al noroeste de un continente sumido en un conflicto constante, se encuentra un bosque idílico que ha permanecido intacto por siglos. El conflicto entre los Trancendum en Gloomrot y la Church of Luminance en Silverlight Hills rara vez, si acaso alguna vez, necesitó irrumpir en estos territorios verdes.
Un camino hacia algo hermoso
Oakveil ha sido desde hace mucho un lugar gobernado por una naturaleza prístina e inalterada, con una excepción: la Gran Guerra. La sed de poder de Drácula se extendió por todo el continente, y hasta aquí llegaron sus garras codiciosas. Han pasado siglos desde entonces. El musgo y las raíces han reclamado los parajes marcados por la batalla, apropiándose de espadas, armaduras y huesos en nombre de la tranquilidad. Un bastión pacífico, los recuerdos medio olvidados del conflicto sólo persisten en las ruinas desmoronadas de castillos de vampiros, ahora hogar de una discreta vida salvaje.
Un refugio peculiar, salvado de los horrores que asolan cada rincón de Vardoran, cuyos habitantes luchan en otras tierras y se han contentado con dejar dormir este rincón del mundo conocido.
Hubo una vez una aldea de orgullosos guerreros…
… era pequeña, remota y de poca importancia. Para el mundo, no tenían poder, ni riqueza, ni motivo para ser recordados. Una joya costera, pulida y preciosa, vivían sus días en un ritmo simple y ensayado. Es una dura verdad que un día marcado por el destino puede comenzar como cualquier otro. Así fue ese día.
Megara the Serpent Queen
De entre la niebla, emergió la gran bruja Megara, sus orígenes desconocidos, su presencia un presagio. Los aldeanos, cautelosos pero valientes, rápidamente se reunieron para luchar. Megara respondió con una demostración propia, una que sabía que ellos entenderían. Recurriendo a una magia negra indescriptible, mostró un poder tan abrumador que aplastó toda esperanza de resistencia, haciendo que hasta el más valiente cayera de rodillas.
Les habló así:
“¡Yo soy su Reina! La mejor mitad de ustedes se convertirá en mis primeros súbditos y caminarán a mi lado. Al anochecer, cada uno que sostenga el corazón de uno de sus vecinos ganará su lugar”.
La alternativa, por supuesto, no requería explicación.
Los que obedecieron se convirtieron en los primeros Venom Blades, dignos de recibir los oscuros secretos mágicos de la Venom Sap para así fortalecer aún más a la reina bruja. Con sus nuevos siervos, comenzó su marcha por el mundo, arrasando cada tierra que tocaba. Cada paisaje verde que reducía a ruinas marchitas alimentaba su poder, y con cada conquista su gran sombra crecía más, y su alcance se extendía.
Megara the Serpent Queen es la ruina encarnada, arrasando todo a su paso y alimentándose de la vida natural para saciar su sed de poder. Un hambre que no puede ser calmada y una sed que no puede ser saciada. Con cada acto de devastación, su deseo solo crece. |

Los Venom Blades
Aunque comenzaron como poco más que un puñado de aldeanos, los Venom Blades han viajado por todos lados, consumiendo, integrando y absorbiendo fragmentos de las muchas culturas que han devastado. Con cada conquista llega una nueva legión de guerreros dispuestos a inclinarse, arrastrarse y luchar por su existencia.
Megara da la bienvenida a todos los que se dediquen a ella por completo, incorporándolos a las filas siempre crecientes de su ejército.

Pronto, todos aprenden el edicto más sagrado de los Venom Blades:
Servir al placer de Serpent Queen.
Mientras sirva a los propósitos de Megara, ninguna traición está prohibida. Las luchas internas y la crueldad no sólo son toleradas, sino fomentadas como instrumentos de su voluntad. Este caos ordenado, junto con su desenfrenada sed de batalla, conlleva pérdidas colosales. Pero para Megara, tal desgaste no solo es aceptado; es deseado. Los indignos son descartados, y siempre hay más reinos que conquistar, más almas rotas que moldear en fieles suplicantes.
Los Venom Blades navegan de costa a costa, llegando con enormes barcos que desmantelan en tierra para construir campamentos, estructuras y fortalezas temporales. Cuando la tierra queda destruida tras ellos, lo que queda basta para forjar nuevas naves y continuar su próxima incursión.
No miran atrás. No se detienen hasta que el trabajo de destrucción está hecho.

Entre sus deberes principales está la recolección ritual de Venom Sap, un recurso mágico extraído únicamente a través de la corrupción y el desangrado despiadado de árboles infectados. El proceso es virulento, filtrándose como una enfermedad en la flora y fauna cercanas. A los Venom Blades no les importa. En verdad, lo prefieren. Su propósito no es la preservación, sino la destrucción total. |
Una vez que el ritual se completa y los árboles están totalmente corrompidos, hinchados de Venom Sap, son talados, recolectados y drenados por completo. Este proceso macabro está supervisado por Stavros the Carver, un servidor fanático de Megara y un psicópata asesino sin discusión. Pocos entre los Venom Blades se atreven a consumir directamente el Venom Sap, y menos aún a usarlo en su forma cruda y volátil. Pero Stavros no es un fanático común, aunque quizás «valiente» no sea la palabra correcta para describirlo.
De allí, se envía para ser refinado y mezclado con otros materiales en técnicas desarrolladas por algunos de los seguidores más fieles de Megara. Entre estas mentes brillantes se encuentra Lucile the Venom Alchemist, quien mezcla técnicas alquímicas tradicionales de su tierra con la naturaleza caótica del Venom Sap para crear pócimas nunca antes vistas.
Ella afirma recibir inspiración divina de su reina, pero puede que solo sean los vapores químicos

hablando.

