¿Sabías que…? El prototipo de llanta lunar de Michelin estará en las 24 horas de Le Mans 2024
El objetivo del programa Artemis de la NASA es explorar el polo sur de la luna, donde ningún humano ha estado nunca, para adquirir datos científicos y buscar agua en forma de hielo.
Michelin está en el proceso de desarrollar una llanta sin aire para el rover (vehículo explorador) del proyecto, que tendrá que operar en la luna durante una década, transportar dos astronautas, explorar zonas remotas y tomar muestras.
Entre las misiones tripuladas, se espera que este vehículo viaje a los diferentes puntos de aterrizaje por sus propios medios y funcione de forma independiente, un gran salto en comparación con el trabajo Apolo de la NASA durante el período de 1961 a 1972.
“Durante 135 misiones entre 1995 y 2007, la NASA confió a Michelin el diseño y la producción de las llantas para su transbordador espacial”, explica Christophe Moriceau, director de Investigación Avanzada de Michelin. “Desde entonces, hemos llevado a cabo investigaciones para una variedad de vehículos lunares y, en 2021, iniciamos una nueva colaboración con el equipo de diseño de Intuitive Machines y sus socios: Northrop Grumman, Boeing y AVL para desarrollar las llantas del rover lunar Artemis. Así es como nos involucramos en el programa tras responder a una licitación lanzada por la NASA”.
Está claro que la llanta tendrá que hacer frente a condiciones extremas una vez en la luna:
- Adherencia: con una gravedad equivalente a una sexta parte de la de la Tierra, la luna constituye un reto único, independientemente del tamaño o el peso del vehículo. Puede ser bastante difícil escalar laderas arenosas en la Tierra, pero es aún más complejo en la luna, donde el rover se enfrentará a inclinaciones de hasta 20 grados en terreno suelto y virgen. Esto requerirá llantas específicas y duraderas que proporcionen agarre en una amplia gama de superficies, con la ayuda de tener la mayor superficie de contacto posible, de la misma manera que usamos raquetas de nieve, aunque menos flexibles, para distribuir nuestro peso cuando caminamos sobre la nieve.
- Ausencia de atmósfera: la superficie de la luna no está protegida por una atmósfera. En consecuencia, los niveles de rayos UV son mucho más elevados y los materiales envejecen mucho más rápido. Las llantas del rover estarán en contacto permanente con el suelo y estarán sujetas a las agresiones del sol y la luz ultravioleta.
Además, tendrán que resistir a la radiación electromagnética. Estos fenómenos impactarán en el rendimiento del vehículo y sus llantas, por lo que es vital abordarlos con un trabajo profundo sobre los materiales y sus propiedades tribológicas (interacción por fricción), y una comprensión profunda de lo necesario para funcionar en un entorno hostil. - Baja resistencia a la rodadura: el rover pasará gran parte de su tiempo a la sombra y, por lo tanto, no podrá recargar sus baterías con frecuencia mediante sus paneles solares. Como resultado, los materiales y el diseño concebidos por Michelin deberán minimizar las necesidades energéticas para preservar la autonomía del vehículo. Cuanta menos resistencia tenga que vencer al avanzar, resistencia causada directamente por sus llantas, menos energía requerirá para hacerlo.
- Resistencia a la corrosión: la arena en el polo sur de la luna ha estado sometida a muy poca erosión, lo que significa que puede ser muy agresiva y abrasiva para las superficies que entran en contacto con ella. Para funcionar de forma fiable a lo largo de 10.000 km/10 años, y además de sus capacidades todoterreno en arena, rocas y cráteres, las llantas del vehículo deberán estar fabricadas con materiales especialmente resistentes capaces de mantener sus propiedades independientemente de las condiciones.
- Clima: los científicos esperan encontrar agua en forma de hielo en temperaturas que pueden caer a casi -250 °C, pero que suben a +100 °C en algunos lugares. Esta variación no existe en la Tierra y solo los materiales excepcionales, a través de su composición y capacidad de deformación, podrán sobrevivir.
Los volcanes del Macizo Central de Francia sustituirán a la luna en las tareas de desarrollo
Aunque se han traído muestras de roca lunar de misiones anteriores, las publicaciones científicas son la principal fuente de referencia para los expertos en investigación de Michelin. Así es como se dieron cuenta de que la región volcánica francesa de Auvernia, no muy lejos de la sede de la empresa en Clermont-Ferrand, en el Macizo Central, tiene ciertas similitudes con el suelo lunar, lo que la hace ideal para realizar pruebas.
La capacidad de innovación de Michelin en las carreteras del día a día, en las 24 Horas de Le Mans… y en la Luna
Puede que haya muy poco en común entre las llantas MICHELIN Pilot Sport Endurance con los que compiten los Hypercars del Campeonato Mundial de Resistencia de la FIA y las llantas sin aire diseñados para pasar 10 años en la luna, pero ambos son elocuentes de la capacidad única de innovación de Michelin en su búsqueda de un rendimiento óptimo durante el mayor tiempo posible.
Ambos son fruto de las instalaciones de investigación de Michelin en Clermont-Ferrand, Francia, y deben su excepcional longevidad a los materiales avanzados desarrollados gracias al conocimiento y la experiencia de los 6.000 expertos que trabajan en los Centros de Investigación y Desarrollo de la empresa.
En el mundo del automovilismo, Michelin posee un dominio único de los materiales que le permite ofrecer a sus socios un rendimiento duradero. De hecho, impulsada por la creencia de que la principal cualidad ambiental de una llanta es su capacidad para durar, Michelin ha recurrido durante mucho tiempo a la innovación para maximizar la vida útil de las llantas.
A lo largo de los años, esto ha dado lugar a una larga lista de récords relacionados con la longevidad en los circuitos de todo el mundo. Desde 2011, por ejemplo, las llantas Michelin para la máxima categoría de las carreras de resistencia han recorrido con éxito más de 700 kilómetros en las 24 Horas de Le Mans y han registrado tiempos de vuelta casi consistentes. Eso equivale a la distancia de más de dos grandes premios de Fórmula 1. Mientras, Michelin ha reducido a la mitad el número de llantas realmente consumidas en la carrera en comparación con las de principios de los 2000.
Más recientemente, en las 6 Horas de Imola del pasado mes de abril en Italia, uno de los prototipos de Ferrari completó 129 vueltas/632 km con un solo juego de llantas.
Las soluciones que componen la gama de carreras de resistencia de Michelin son capaces de recorrer largas distancias a velocidades medias muy altas, a pesar de las cargas excepcionales y las fuerzas longitudinales y laterales extremadamente altas generadas por los sofisticados prototipos de hipercoches de hoy en día.
Además de permitir a la empresa explorar nuevas formas de movilidad y aplicaciones para un futuro mejor, la experiencia única de Michelin está consolidando su lugar a la vanguardia, no solo en el automovilismo y en las carreteras ordinarias, sino también, ¿por qué no? – ¡En el espacio!