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Reseña de El club de los vándalos

La nueva producción de Universal, El club de los vándalos titulada en ingles como the bikeriders, nos sumerge en el fascinante y poco explorado mundo de los clubes de motociclistas de la década de 1960 en Estados Unidos. Dirigida por Jeff Nichols y basada en un libro fundamental sobre el tema, la película ofrece una mirada íntima y detallada de este submundo, a través de una narrativa más contemplativa que explosiva.

Trama y Desarrollo

La historia sigue la formación y evolución de «Los Vándalos», un club de motociclistas caracterizado por sus choppers y Harley Davidsons. A lo largo de la película, somos testigos del nacimiento del club, sus dinámicas internas y la eventual caída del grupo. La trama está centrada en los personajes de Johnny (interpretado por Tom Hardy) y su contraparte, encarnada por Austin Butler, quienes brindan actuaciones sólidas que sustentan toda la película.

Estilo y Dirección

Jeff Nichols adopta un enfoque casi documental, con una narrativa pausada y un estilo visual que recuerda a los documentales de la época. Este método permite una exploración profunda de los personajes y sus relaciones, pero también significa que la película carece del dinamismo y la acción que muchos espectadores podrían esperar de una historia sobre motociclistas. En lugar de persecuciones frenéticas y explosiones, El club de los vándalos ofrece una reflexión sobre la camaradería, el honor y los conflictos internos y externos de estos grupos.

Actuaciones

Austin Butler y Tom Hardy llevan el peso de la película sobre sus hombros, y lo hacen de manera admirable. Hardy, conocido por sus roles intensos y físicos, entrega una actuación contenida pero poderosa, mientras que Butler muestra un rango emocional que añade profundidad a su personaje. La química entre ambos actores es palpable y es, sin duda, uno de los puntos más fuertes del film.

Música y Ambientación

La banda sonora, compuesta principalmente por rock clásico de la época, complementa perfectamente el tono de la película. La ambientación y el diseño de producción son meticulosos, transportando al espectador a la década de 1960 con una autenticidad que se siente en cada escena.

Conclusión

El club de los vándalos es una película que desafía las expectativas. Lejos de ser un festín de acción, es una pieza contemplativa que ofrece una visión detallada y respetuosa del mundo de los motociclistas. Sin embargo, su ritmo pausado y enfoque documental pueden no ser del agrado de todos. Para aquellos interesados en una exploración más profunda y matizada de este subcultura, la película será una experiencia gratificante.

Calificación: 7/10

El club de los vándalos es una recomendación segura para los aficionados al drama y a las historias de época, así como para aquellos interesados en los aspectos más humanos y menos glamorosos de los clubes de motociclistas.

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