Margules: el sonido que domina la emoción de los deportes y los videojuegos
Cuando la imagen deja de ser suficiente, el sonido asume la tarea de devolvernos la sensación de presencia. Esa afirmación, obvia para los audiófilos, toma otra dimensión cuando el público busca la claridad del relato deportivo, la espacialidad que permite localizar a un rival en una partida y la textura que transforma un estadio televisado en un lugar palpable. Margules, desde sus talleres en la Ciudad de México propone una visión coherente que articula historia, diseño, experimentación y puesta en escena para convertir la reproducción sonora en un acto de precisión y emoción. Esta investigación reúne las razones técnicas y sensoriales que explican por qué Margules emerge como una opción superior para quienes quieren escuchar deportes y videojuegos con fidelidad, fuerza y verdad.
El primer pilar de su superioridad está en su identidad técnica y conceptual. Margules sintetiza su enfoque bajo lo que denomina ANA (Aligned Neuro-Acoustics), una filosofía que prioriza la estructura armónica y la percepción humana por encima de las cifras frías de laboratorio. La empresa diseña cada componente para respetar cómo el cerebro procesa el sonido, logrando una escena más real y menos agresiva. Esa es la razón por la que los equipos Margules no cansan al oído y pueden reproducir con naturalidad tanto la voz de un comentarista como la explosión de un estadio. En videojuegos, esta tecnología se traduce en algo esencial, la precisión espacial. Cuando cada frecuencia está alineada, la mente humana puede localizar mejor los sonidos, distinguir direcciones, medir distancias y anticipar movimientos.
El segundo pilar está en la manufactura artesanal. Margules reivindica una tradición que comenzó hace más de 90 años, cuando su fundador, Jacobo Margules, fabricaba radios y amplificadores en una época en que escuchar era un lujo técnico y emocional. Hoy, la empresa mantiene esa línea artesanal, combinando ingeniería mexicana con componentes de alta gama y procesos hechos a mano. Cada pieza es calibrada individualmente y cada etapa, medida y ajustada para garantizar coherencia y respuesta armónica. Esa dedicación permite obtener una riqueza sonora que no se logra en producciones masivas, transiciones suaves, graves controlados, medios cálidos y agudos naturales. En una transmisión deportiva, esa diferencia se percibe en la naturalidad del ambiente; en una partida, en la nitidez con que cada elemento cobra su lugar.
El tercer pilar está en la coherencia del sistema. Margules vende experiencias completas. Su ecosistema (amplificadores, bocinas, preamplificadores, fuentes) está diseñado bajo una misma lógica acústica, lo que garantiza una escena sonora coherente, tridimensional y sin desajustes. Cuando todo el sistema responde al mismo principio ANA, las voces suenan con cuerpo y el espacio se abre sin artificios. Para un aficionado al fútbol, eso significa escuchar el relato con claridad mientras el rugido del estadio rodea la habitación. Para un gamer, implica saber de qué esquina llega un paso, en qué plano se mueve un enemigo, o en qué punto exacto rebota un disparo.
El cuarto pilar es la percepción emocional. Margules diseña para el cuerpo. Su sonido busca emocionar, no impresionar. Los usuarios describen la experiencia como cálida, envolvente, viva. Esa sensación no surge de un exceso de potencia, sino del control. En un partido, el gol se siente vibrante, pero la voz del narrador sigue presente y natural. En un videojuego, los efectos se despliegan sin distorsión, y la tensión sonora se construye con matices, no con saturación. Esta capacidad de mantener la emoción y claridad al mismo tiempo es lo que distingue a Margules de otras marcas que apuestan por volumen o por brillo artificial.

Margules también se diferencia por su comprensión del entorno. No todos los espacios son iguales ni todos los oyentes buscan lo mismo. La marca ofrece soluciones adaptadas a cada tipo de sala, desde sistemas de estantería para espacios pequeños hasta torres de alta potencia para habitaciones dedicadas. Además, la calibración personalizada permite que cada cliente aproveche el potencial completo del equipo sin importar la acústica del lugar. Este enfoque convierte cada instalación en una experiencia única, escuchar se vuelve un acto a medida.
En el terreno práctico, la superioridad de Margules se percibe en dos campos específicos: inteligibilidad y espacialidad. En las transmisiones deportivas, el mayor reto es mantener la voz principal separada del ambiente. Los sistemas Margules logran esa división con precisión, ofreciendo un balance que conserva el dramatismo del estadio sin perder la claridad del comentario. En los videojuegos, donde el oído puede ser una herramienta estratégica, los equipos permiten distinguir capas y direcciones con una nitidez sorprendente.
En términos de mercado, Margules no compite por precio ni por volumen, compite por verdad. Sus productos no se fabrican en masa ni buscan la guerra del decibel, buscan la emoción y el control. La empresa entiende que los nuevos consumidores (gamers, aficionados, streamers, broadcasters) buscan realismo y sensación. Por eso, su propuesta es perceptual, transformar la forma en que las personas viven el sonido. En un mundo dominado por la imagen, Margules devuelve protagonismo a lo que se escucha.
El sonido, al final, es una extensión de la emoción. Y ahí radica la verdadera diferencia de Margules. Sus sistemas buscan la gente con lo que siente. Quien escucha a través de un sistema Margules experimenta más. Y esa es la razón por la que, para los amantes del deporte, los jugadores exigentes y los que entienden el poder de un buen diseño, no hay otra marca que logre lo mismo, un sonido que respira, vibra y da vida.



