
Kayara:la princesa Inca – reseña
Kayara: La princesa inca nos cuenta la historia de una valiente joven, determinada a lograr sus sueños, a pesar de los prejuicios y dificultades que se presenten en el camino, el llamado a su destino es mas fuerte y nada la detendrá para llegar al final del camino.
La vida de Kayara nos sumerge en el corazón del Imperio Incaico, en el cual uno de los papeles fundamentales en la sociedad era ser un «Chasqui», siendo estos los mensajeros del imperio, un rol que se destinaba unicamente para hombres que demostraran tener la fuerza, determinación y convicción de cumplir con este importante labor. Sin embargo, es aqui donde Kayara una joven noble que desafía las normas de su tiempo para cumplir su sueño de convertirse en una chasqui. Es asi que sin dejar de honrar sus raíces, cuestiona los roles impuestos por su sociedad. Su valentía y determinación la convierten en un modelo inspirador para niños y niñas, promoviendo valores como la igualdad, el respeto y la perseverancia.
Dirigida con sensibilidad y visión por César Zelada, esta producción peruana pone en alto a la animación latinoamericana, con una paleta colorida y detallada que recrea con cariño y precisión paisajes andinos, templos, trajes típicos y costumbres que evocan la riqueza del antiguo Tahuantinsuyo. Es evidente el esfuerzo por respetar y homenajear la cosmovisión andina, lo que la convierte también en una herramienta educativa para nuevas generaciones.

La banda sonora es magistral, incorporando elementos de la música tradicional andina, lo que aporta una atmósfera auténtica y emotiva, nos permite conectar con una cultura que si bien no ha sido representada de manera frecuente en la pantalla grande, tiene mucho que aportar a la historia por medio de sus tradiciones y memorias.
En resumen, Kayara: La princesa inca es una joya del cine latinoamericano de animación, que combina entretenimiento con una reivindicación cultural y social. Es una película que no solo entretiene, sino que también educa y enorgullece, especialmente al público latinoamericano. Sin duda, un paso importante hacia una representación más diversa y rica en el cine infantil y familiar

