El rol de las fintech en la reconfiguración del sector financiero en México
El ecosistema financiero está en constante evolución y transformación, adaptándose a los cambios tecnológicos y las nuevas necesidades de los clientes. En esta dinámica han surgido numerosos actores que están revolucionando la industria, algunos de ellos sin tener una trayectoria tradicional en el sector, tal es el caso de las fintech, que hoy están revolucionando la forma en que hacemos transacciones, gestionamos nuestras finanzas personales e, incluso, accedemos a los servicios bancarios.
El punto del que podemos partir es que existen 650 fintechs identificadas en el ecosistema mexicano, lo que representa un incremento de 23% respecto a 2021, de acuerdo con el “El sector fintech en México”, estudio que también revela que los segmentos que más crecieron en cuanto a cantidad de nuevas empresas fueron los de préstamos, tecnologías empresariales para instituciones financieras, pagos y remesas.
Ahora bien, a diferencia de las instituciones tradicionales, estas empresas tecnológicas han comenzado a democratizar el acceso a servicios financieros para todos los ciudadanos, al aprovechar que 93.8 millones de mexicanos utilizan teléfono móvil y, de ellos, más de 94% cuenta con un smartphone para realizar operaciones financieras, según datos de la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) 2022.
Al hacer accesibles los servicios financieros, sin duda, las fintech están jugando un papel crucial en la inclusión financiera de aquellos sectores que históricamente han sido excluidos, brindando oportunidades económicas a personas sin historial crediticio o sin acceso fácil a servicios bancarios, a través de soluciones como microcréditos online o programas de educación financiera accesibles mediante dispositivos móviles.
Desde mi perspectiva, la capacidad disruptiva de las fintech ha generado cierta aversión por parte de algunas instituciones financieras tradicionales. Sin embargo, es importante destacar que estas empresas no buscan reemplazar completamente el sistema existente; más bien complementan y mejoran las opciones disponibles y el acceso a servicios financieros modernos a un mayor número de clientes.
Hoy, es momento de apreciar las grandes ventajas de estas empresas. Por ejemplo, pensemos en la agilidad y rapidez de sus procesos, ya que, al estar basadas en tecnología digital, pueden ofrecer respuestas rápidas y eficientes a sus clientes, reduciendo los trámites burocráticos, lo cual supone un gran beneficio tanto para individuos como para pequeñas empresas que necesitan soluciones financieras inmediatas.
Además, las fintech también promueven una mayor transparencia en el sector financiero. A través del uso de tecnologías como blockchain, garantizan la seguridad y confiabilidad de cada transacción realizada. Esto genera un mayor nivel de confianza entre los usuarios y ayuda a prevenir fraudes o malversación de fondos.
En cuanto a los retos para estas empresas, hoy tienen que enfrentarse a la búsqueda de acceso a financiamiento, porque a pesar de que algunos startups han logrado recaudar inversiones significativas, muchas otras luchan por obtener capital suficiente para impulsar su crecimiento e innovación continua. Además, las fintech aún luchan por lograr la aceptación y adopción por parte de los clientes, porque si bien cada vez más personas están utilizando aplicaciones financieras móviles y servicios digitales, todavía existe cierta resistencia al cambio y desconfianza hacia estas nuevas formas de hacer transacciones o gestionar el dinero.
A pesar de estos desafíos, las fintech tienen un gran potencial y estoy seguro de que el futuro del sector financiero estará estrechamente ligado a la evolución de estas empresas, ya que serán clave para la formación de los nuevos ecosistemas de productos y servicios financieros digitales. Por ello, a mediano plazo veremos que seguirán creciendo y que la Ley Fintech, promulgada en marzo de 2018, evolucionará con el objetivo de potenciar un sector que se está fortaleciendo en todo el mundo. Y si bien México fue uno de los primeros en legislar esta industria, su acelerado crecimiento hoy demanda modernizaciones en el marco legal.
Confío en que las instituciones financieras sabrán aprender de estás innovadoras empresas, mientras que la legislación en el país seguirá avanzando para fortalecer este sector que hoy ha logrado resolver la demanda pendiente de inclusión y que aún tiene mucho por ofrecer.