Reseñas

El Cuerpo Destruido, el Alma Rota: The Smashing Machine- Reseña

The Smashing Machine (La Máquina) es la prueba de que, a veces, la mayor transformación de Hollywood no ocurre en un gimnasio, sino frente a una cámara de cine indie. Dirigida por Benny Safdie (sin su hermano Joshua, pero con la misma intensidad), esta biopic se sumerge en la vida de la leyenda de la MMA Mark Kerr, y no es precisamente una historia de póster motivacional.

​La película nos sitúa a finales de los 90. Mark Kerr (interpretado por un casi irreconocible Dwayne Johnson), es una fuerza de la naturaleza en el octágono, dos veces campeón de un deporte que en ese entonces era puro caos y testosterona. Afuera del ring, sin embargo, es un gigante que camina incómodo, habla bajito y lucha contra la adicción a los opiáceos y una relación inestable con su pareja, Dawn (una siempre excelente Emily Blunt).

​La grandeza de Safdie aquí es que renuncia por completo a la épica deportiva. Esta no es Rocky, ni Warrior. Aquí no hay entrenamientos motivacionales ni montajes gloriosos. La violencia es filmada de forma cruda, seca, como un trabajo más. La cámara de Safdie busca el silencio y el vacío después del golpe, no el clímax del knockout.

The Smashing Machine es fascinante por lo que obliga a hacer a sus protagonistas y a su director, pero su efectividad es debatible.

  • El Logro de Johnson: Hay que decirlo sin rodeos: esta es la mejor actuación en la carrera de Dwayne Johnson, con diferencia. Despojado de su carisma de superestrella, su Mark Kerr es un hombre enorme que parece temeroso de ocupar el espacio. Es opaco, vulnerable y terriblemente triste. La incomodidad y el dolor físico y emocional son palpables, lo que hace que sus aspiraciones al Óscar no sean solo un rumor.
  • El Estilo Safdie (el filo perdido): Acostumbrados al frenesí y el vértigo de Good Time o Diamantes en Bruto, aquí Safdie opta por la quietud, la repetición y la fatiga. Si bien esto funciona para reflejar la rutina destructiva y la adicción, el estilo resulta a veces críptico y distante. La película se enfoca tanto en el deterioro y el trauma que puede hacer difícil la conexión emocional con el espectador, cayendo en una frialdad que algunos críticos han señalado como excesiva.
  • El Subgénero Anti-Biopic: La película destaca por ser una «radiografía de la fatiga». No es una historia sobre cómo ganar, sino sobre por qué alguien elegiría hacer algo que lo va a destruir. La relación con Dawn (Emily Blunt) está sutilmente tratada, pero se siente frustrante que Safdie no profundice en las motivaciones de ella, dejando el foco enteramente en el colapso del luchador.

The Smashing Machine es una película atrevida, taimada y llena de grises. Es un giro de 180 grados para Johnson y un soplo de aire fresco para el biopic deportivo. Es una obra que te hace sentir el peso del cuerpo, la adicción y la masculinidad tóxica en un deporte salvaje.

​Si vas buscando una película deportiva convencional, saldrás decepcionado. Si buscas un drama crudo e inquietante sobre un campeón que es, fundamentalmente, un perdedor de la vida, con una actuación que redefine a su protagonista, esta película te dejará pensando por días. Es una meditación sobre el costo de la «grandeza» en una cultura obsesionada con el triunfo.

Entonces… ¿Qué te parece más impactante: una actuación transformadora de un actor encasillado (como Johnson) o un guion que rompe con todas las convenciones del género que toca?

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