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Viene la reducción de la jornada laboral a 40 horas: ¿Qué hacer para mejorar la productividad?

 El Gobierno de México confirmó que la reducción de la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales será una realidad gradual en los próximos años. La presidenta Claudia Sheinbaum anunció que en noviembre se presentará la propuesta de reforma y afirmó que ya hay un acuerdo para disminuir el tiempo de trabajo, a la par de los incrementos al salario mínimo.

“Nuestra idea es que avance a 40 horas, pero que siga aumentando el salario, que no sea una por la otra (…) ya se llegó a un acuerdo y en noviembre Marath (Bolaños) estaría presentando la propuesta”, dijo Sheinbaum en su conferencia matutina del 14 de octubre.

Aunque la medida se plantea como un beneficio para los trabajadores y una adaptación a estándares internacionales, la realidad es que México ya enfrenta bajos niveles de productividad.

Según la OCDE, el trabajador mexicano produce en promedio 24 dólares por hora, frente a más de 67 dólares en países desarrollados. El INEGI reportó que el Índice Global de Productividad Laboral creció apenas 0.7% trimestral y 1.6% anual en el primer trimestre de 2025. Esta cifra evidencia un rezago estructural que no se resolverá solo reduciendo horas de trabajo.

El sector empresarial observa con preocupación que la medida puede generar incrementos en costos operativos, reorganización de turnos y mayor presión sobre los resultados. La administración federal parece ignorar que la productividad no se mejora reduciendo tiempo laboral por decreto, sino mediante estrategias efectivas de gestión, capacitación y tecnología.

De acuerdo con ESSAD, firma especializada en la gestión del recurso humano, para enfrentar este nuevo escenario, las empresas pueden implementar medidas concretas:

  • Rediseñar procesos y flujos de trabajo para asegurar que cada hora trabajada sea más productiva.
  • Capacitación constante y desarrollo de habilidades que permitan a los empleados trabajar de forma más eficiente y autónoma.
  • Digitalización y uso de herramientas tecnológicas que optimicen la colaboración y reduzcan tiempos muertos.
  • Bienestar integral y gestión de la salud laboral, promoviendo descansos estratégicos y programas de ESSEN Wellbeing, que ayudan a mejorar concentración y reducir rotación de personal. Estudios indican que estas iniciativas pueden aumentar la productividad hasta un 12% y disminuir la rotación en un 15%.
  • Evaluación por resultados y metas concretas, más que por horas trabajadas, para alinear esfuerzos con objetivos empresariales.

Si bien Sheinbaum asegura que la reducción de la jornada es un beneficio para todos, la medida carece de un plan realista para garantizar que la economía y las empresas no se vean afectadas. Sin inversión en capacitación, digitalización y gestión del talento, la semana de 40 horas puede traducirse en menos producción sin mayores beneficios reales para los trabajadores.

“La clave estará en que las empresas anticipen los cambios, adopten nuevas estrategias y promuevan una cultura de eficiencia que permita que menos horas no signifiquen menos resultados. La reducción de la jornada podría ser un catalizador de productividad, pero solo si se implementa con disciplina, innovación y planificación estratégica”, coinciden Jesús Moscoso y Fernando Rojas, abogados especializados en temas laborales y CEOs de ESSAD.

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