
ENCERRADO: UNA REFLEXIÓN SOBRE LA JUSTICIA, LA VENGANZA Y LAS SEGUNDAS OPORTUNIDADES
Encerrado no es solo un thriller de supervivencia, es un estudio sobre la fragilidad moral, sobre lo fácil que es cruzar la línea entre lo correcto y lo cuestionable cuando la desesperación, el dolor o el deseo de reparar el daño se apoderan de nosotros.
La película enfrenta dos mundos: el de quien ha sido víctima de la injusticia y ha perdido la fe en el sistema, y el de quien ha cometido errores graves pero sigue siendo, profundamente, humano. Y ese choque potente, incómodo, revelador es el corazón de la historia.
Por un lado, William (Anthony Hopkins) representa esa figura que ha visto demasiadas veces al sistema fallar. Alguien que decide tomar el control y hacer justicia por su cuenta, aunque eso implique perder parte de sí mismo en el proceso.
Del otro lado está Eddie (Bill Skarsgård), un personaje que sorprende porque es más que un ladrón, es alguien en ruinas, sí, pero también alguien lleno de matices. Tiene una historia detrás, una hija que extraña, una vida que se le escapa de las manos, pero sigue siendo empático, brillante y vulnerable.

Encerrado juega con zonas grises. No busca señalar culpables de manera obvia, sino que invita a la reflexión: ¿es posible que una víctima se convierta en verdugo? ¿puede un criminal despertar compasión? ¿qué significa realmente hacer justicia?
La película incomoda, pero también humaniza y nos recuerda que a veces los errores más graves vienen acompañados de historias complejas, y que dentro de cada persona rota puede quedar algo que vale la pena salvar.
¡Encerrado ya se encuentra disponible en cines!

